José Valentino: "El MACA ha sido una de las experiencias más significativas de mi vida"
Fotos: Nicolás Vidal
El pasado fin de semana, el Museo MACA recibió a 12 integrantes de la UNO Jazz Band, escuela de música proveniente de Omaha, Nebraska, quienes protagonizaron dos eventos destacados. El sábado al mediodía ofrecieron una masterclass abierta al público, liderada por Pete Madsen, director de la orquesta, y José Valentino como artista invitado. El domingo por la noche, frente a casi 1.500 personas, brindaron un memorable concierto que tuvo un momento muy especial: la inesperada aparición de Ruben Rada, quien deslumbró con su talento en la percusión y el canto al interpretar una canción junto a la banda.
José Valentino es músico, productor e ingeniero galardonado en múltiples disciplinas, desde la música hasta la educación y el emprendimiento. Su trayectoria incluye cuatro Premios GRAMMY® —entre ellos Mejor Álbum Infantil Latino (2022) y Mejor Composición Clásica Contemporánea (2020)—, un Premio EMMY® al Mejor Documental Cultural (2018), y el prestigioso Premio Dove® de la Asociación de Música Gospel (Álbum del Año en Español, 2022). Además, su álbum infantil A La Fiesta de La Música Vamos Todos hizo historia al convertirse en una exposición destacada en el 25° Aniversario de los Premios GRAMMY® Latinos. Con más de 1.400 conciertos alrededor del mundo y un compromiso profundo con la educación musical y los valores espirituales, Valentino es una figura que trasciende fronteras y géneros.
En esta entrevista, reflexiona sobre su paso por el MACA, sus orígenes musicales y cómo su fe y sus valores guían su arte y propósito de vida.
¿Qué significó para ti ser parte de este fin de semana en el MACA?
José Valentino: Ha sido una de las experiencias más significativas de mi vida. Todo el entorno del MACA, con su enorme parque y la gente que lo visita, ofrece algo muy espiritual. Este lugar no solo es hermoso, sino que también tiene el poder de conectarte con algo más grande. Creo que lo que Pablo Atchugarry ha creado aquí trasciende su propia genialidad como artista: es la experiencia que le brinda a la gente. Quienes vienen al MACA se van sintiendo que vivieron algo único y transformador.
En cuanto al concierto del domingo, fue increíble. Tocamos frente a casi 1.500 personas, y creo que hubo momentos que quedarán para la historia. Uno de ellos fue cuando el legendario Ruben Rada subió al escenario. Tocar con él fue un sueño hecho realidad; su talento y generosidad son únicos. Además, Salvador (el pianista) y su familia fueron fundamentales para que esto sucediera, así que quise honrarlos durante la presentación. Ver la felicidad en los ojos de los padres de Salvador fue un momento que nunca olvidaré.
Además del concierto, también lideraste una masterclass el sábado. ¿Cómo fue esa experiencia?
JV: Me encantó. Amo compartir conocimientos y conectar con músicos de todas las edades. Enseñar no solo es una forma de transmitir técnica, sino también de inspirar. Para mí, la música es un vehículo para conocer y conectar con las personas. Es parte de mi propósito: usar el arte para estar más cerca de la humanidad.
Hablando de propósito, mencionaste que tu fe es central en tu vida. ¿Cómo influye en tu música?
JV: Totalmente. Todo lo que hago está guiado por mi fe en Jesucristo. La música es un regalo de Dios, y yo me veo como un instrumento suyo. Rezo antes de cada concierto, agradeciendo por la oportunidad y pidiendo no hacer el ridículo (risas). Pero, en serio, creo que mi música tiene que transmitir un mensaje de esperanza y amor.También he dedicado mucho tiempo al estudio de la Biblia y cómo los principios que encontramos allí pueden aplicarse al emprendimiento y a las artes creativas. Esto es algo que me apasiona profundamente.
Tu trayectoria es muy amplia para tu corta edad (37 años) y posees numerosos premios y logros internacionales. ¿Cómo se involucra tu familia en todo esto?
JV: Mi historia empieza con mi familia. Mis padres son puertorriqueños y se dedicaron al área de la salud, pero siempre valoraron las artes. Mi padre toca el bajo, la guitarra y la percusión, y mi madre es pianista. Ellos tocaban juntos en la iglesia, y eso marcó mi infancia. Desde niño entendí que la música era una forma de celebrar la vida y de acercarnos a lo espiritual. Mi papá, por ejemplo, tuvo una infancia muy dura en Puerto Rico, pero logró salir adelante, y eso me inspira cada día. Ahora, como padre de dos niños pequeños, quiero darles a ellos un entorno en el que puedan desarrollar su máximo potencial, siempre con un fuerte sentido de identidad y libertad.
¿Cómo describirías el concierto del sábado?
JV: Inolvidable. Hubo una conexión muy especial con la audiencia. Cuando toco, no solo estoy concentrado en la música; también estoy leyendo a la gente, ajustándome a su energía y respuestas. Esa noche, sentí que todos compartimos algo muy profundo, algo que solo puede suceder en un lugar tan especial como el MACA.
Por Laura Garganta