"El arte es muy necesario para el crecimiento cultural de una sociedad"
Invitado por la Universidad Siglo 21, el artista uruguayo llegó a nuestra ciudad para inaugurar una escultura a gran escala que formará parte del acervo de la institución. La iniciativa se enmarca en el proyecto ‘Arte 21’, que apuesta a la construcción de una colección de arte diversa y que hoy contempla más de 200 obras de artistas nacionales e internacionales. ‘Il Fiore’, que representa a la flor del ceibo, es la primera obra pública del escultor en nuestro país.
En 2003, Pablo Atchugarry representó a su país en la Bienal de Venecia con la obra ‘Soñando la paz’.
Cuatro años más tarde puso en pie una fundación para fomentar todas las disciplinas artísticas en un complejo inmerso en un parque de esculturas de 25 hectáreas, que dialoga con el paisaje.
El año pasado inauguró en el mismo predio –donde también funciona su taller– el Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry (Maca).
El artista, que actualmente reparte su tiempo entre su Uruguay natal e Italia, fue declarado ciudadano ilustre por el Departamento de Maldonado, en Uruguay.
A horas de descubrir la escultura que pasará a formar parte del acervo de la Universidad Siglo 21, uno de los escultores más reconocidos en la actualidad dialogó con PERFIL CÓRDOBA sobre su obra y sus proyectos.
—¿Cómo surgió el vínculo con la Universidad Siglo 21?
—Conocí a Belén (Mendé) y a Juan Carlos (Rabbat) en Punta del Este, allí hay una fundación que lleva el nombre de la familia, Atchugarry, donde hemos hecho un museo de arte contemporáneo. Y fue amor a primera vista. Había una obra que justamente es la que hoy se está inaugurando, que fue realizada con el título ‘Il Fiore’ porque la hice en Italia, donde vivo desde hace más de 45 años. Pero está pensada como una especie de homenaje a la flor del ceibo que es la flor nacional de Argentina y también de Uruguay.
—¿Cuál es la impronta con la que nació la fundación?
—La fundación desarrolla actividades culturales desde hace ya 17 años y nació con la idea de traer la experiencia de las fundaciones de afuera, después de varios años de vivir fuera del Uruguay. La idea empezó alrededor de un parque internacional de esculturas donde hay obras de Alicia Penalba y Gyula Kosice, entre otros. Luego fue creciendo, tenemos un anfiteatro al aire libre y hace un año inauguramos el museo de arte contemporáneo, que es un proyecto del arquitecto Carlos Ott (NdelE: arquitecto uruguayo que diseñó la Ópera Bastilla en París y el edificio Libertad Plaza en Buenos Aires, entre otros).
—¿Cuál es la vida del museo hoy?
—La idea de ese museo es tener una especie de faro porque yo creo que el arte ilumina y es muy necesario para el crecimiento cultural de una sociedad. Este año tenemos una gran muestra de Guillermo Kuitca y de Julio Le Parc. Queremos fomentar y construir muestras que tienen un valor cultural muy alto y que dan la posibilidad a la
gente de verlas, porque todo lo que pasa en la Fundación Atchugarry es de ingreso libre y gratuito. Eso también es muy integrador, hay un público muy familiar.
—La Fundación pone mucho el acento en la niñez, ¿no?
—Sí. Acercar a los niños al mundo del arte me parece que es una función muy importante. A lo largo del año vienen escuelas de todo el país y esto es un punto de fuerza en el proyecto de integración a un público que, además, es más vasto que el que va a frecuentar un museo o una galería de arte. Aquí se dan varios elementos al mismo tiempo, hemos tenido la presencia del Ballet Nacional Sodre y, justamente, el último espectáculo que dirigió Julio Bocca como director del Ballet Nacional de Uruguay se hizo en nuestro anfiteatro.
—¿Tienen un teatro y un cine también?
—Exactamente. Hemos hecho ya un festival que se llama Arca, que se ocupa de películas que tienen como temática el arte y va por su segunda edición. Y el 2 de abril va a tener inicio el primer festival de teatro.
—Yendo a tu obra, si tuvieras que definirla, ¿cómo lo harías? Porque empezaste con pintura, fuiste incursionando con otros materiales hasta que el mármol te atrapó.
—Yo empecé con el arte en dos dimensiones, dibujo y pintura, y me di cuenta que necesitaba la tercera dimensión, el objeto visto en el espacio a 360 grados. Y eso significa que el artista tiene que imaginarlo para que no tenga un frente y un atrás, para que sea un componente visual al que el espectador pueda darle la vuelta alrededor. Y como decías, el mármol fue, no el primer material que experimenté porque el primero fue la arena y el portlan, pero luego el encuentro con el mármol se transformó en decisivo. Y actualmente el bronce es otro elemento que ha entrado a ser parte de mi escultura.
—Tu obra tiene una particularidad, que es que tiende a la verticalidad, ¿por qué?
—Yo digo muchas veces que los niños que están a orillas del mar hacen castillos y construcciones hacia el cielo. Esa verticalidad me acompañó siempre. Y tal vez sea también como las plantas, que necesitan luz y por lo tanto se van desarrollando en modo vertical. O como los sueños del ser humano, que siempre pueden crecer y no tener límites.
—¿Cómo es el proceso de creación en una obra tuya?
—Empieza en la elección del material. En el caso del mármol voy a la cantera, elijo los bloques y cada bloque es el inicio de la obra. Es un poco lo que decía Miguel Ángel, que la escultura ya está dentro del bloque. Bueno, quiero decir que eligiendo el bloque de mármol uno ya está conectándose con la montaña y con la próxima obra que va a nacer.
—¿Trabajás por encargo?
—Sí. Muchísimo. La mayoría de mi producción está vendida. Hablamos de más de dos mil obras que ya están en colecciones privadas. Entonces, hay un público que espera que pueda realizar una obra y está muy pendiente porque hay listas de espera. El interés por mi obra se ha alargado y a veces no doy abasto.
—¿En Córdoba tenés algún otro proyecto?
—Hay obras mías, como en el resto de la Argentina, pero en colecciones privadas. Pero ésta es mi primera obra pública en este país, no solamente en Córdoba.
—En algún momento dijiste que un artista tiene que encontrar su mensaje interior, ¿vos has encontrado ya el tuyo?
—Creo que sí. Cuando uno ve una obra mía la reconoce y eso significa que has llegado a una identidad, a una huella digital propia. Y eso es gracias a un trabajo de búsqueda interior. Hay que buscar no sólo lo que está afuera sino también lo que está adentro.
En el marco de su 28° Aniversario, la Universidad Siglo 21 inauguró el pasado jueves la escultura ‘Il Fiore’ del artista uruguayo. La obra fue realizada mediante la técnica de ‘fundición a la cera perdida’, una técnica utilizada por escultores como Donatello, Henry Moore o Brancusi.“Queremos que los alumnos de todos los rincones del país se formen alrededor de obras maravillosas y aprecien la belleza, convirtiéndose en seres más tolerantes, que sepan convivir en la diversidad y en las nuevas ideas”, señaló en su discurso María Belén Mendé, rectora de la institución.
Lea la nota completa en este link