Escultura: el artista uruguayo Pablo Atchugarry ya tiene una obra en Córdoba
“Il fiore” forma parte del campus de la universidad Siglo 21. El escultor uruguayo cuenta cómo es su proceso creativo.
Desde ayer por la tarde, Córdoba tiene una obra del prestigioso artista uruguayo Pablo Atchugarry. Se trata de ll fiore (la flor, en italiano), una escultura realizada en Italia que viajó por distintas exposiciones en el mundo, incluida la propia Italia, Estados Unidos y Uruguay.
Ahora recaló en esta ciudad para formar parte del patrimonio artístico de la Universidad Siglo 21 , en el marco de la iniciativa Arte 21, que ya tiene una colección diversa con más de 200 obras.
“El nombre hace referencia a un homenaje a la flor del ceibo. Yo no sabía que era flor nacional en Argentina, pero sí sabía que es la flor nacional de Uruguay, mi país”, cuenta Atchugarry a VOS sobre cómo nació la idea de su obra.
La escultura realizada con la técnica denominada “fundición a cera perdida” tiene ya unos cuatro años de vida y demandó casi un año de trabajo del escultor.
CÓMO SE HIZO “IL FIORE”
“Primero hice el modelo en mármol y luego lo pasé a bronce (…) el modelo que antiguamente se hacía yeso o arcilla yo lo hice directamente en mármol. Eso le da una terminación más fina, delicada y eso se traduce en la obra finalizada”, explica Atchugarry.
Es que el artista está enamorado del mármol desde que comenzó a realizar sus esculturas en 1979, luego de un breve paso por la pintura. Desde ese entonces viaja a la mismísima cantera de Carrara y elige él personalmente el trozo que quiere utilizar.
En entrevistas a otros medios supo contar que llegó a pedir una pieza enorme para hacer una obra de 56 toneladas, con más de 8 metros de altura.
Ahora insiste en que le gusta esa piedra por su luminosidad, blancura, textura y por la contraposición de ser un material “duro” y “frágil” a la vez.
“Descubrí el mármol y se transformó en un gran amor. Esa fue materia príncipe para artistas como Miguel Ángel, entre otros. El mármol fue fascinando a los escultores durante siglos. Cuando la conocés y la comenzás a entender, te va atrapando”, dice el artista uruguayo.
Y agrega: “En cada golpe de cincel estás arriesgando la obra porque se podría romper. Hay posibilidades de corregir pero siempre tratando de dar un nuevo equilibrio a la forma. Además, en la propia naturaleza tiene rajaduras, defectos. Todo eso entra a ser parte del proceso creativo”, dice.
–¿Se puede transformar eso en un elemento a tu favor que redefina tu obra y te genere un desafío?
–Exactamente. Cada desafío que presenta el material es también una oportunidad.
–¿A pesar de los años el material te sigue desafiando?
–Siempre. Ahora estaba realizando una obra en mi taller de Uruguay y encontré un defecto… y ahí, cuando logré superar ese defecto, llegó la alegría... antes es un gran sufrimiento.
RECONOCIMIENTO MUNDIAL
Las obras de Atchugarry están en distintas partes del mundo e incluso en las casas de personajes famosos como Michael Douglas. El escultor que trabaja y vive entre Uruguay e Italia tiene una altísima demanda dentro del mercado del arte.
–¿El vínculo con los materiales y sus dificultades pueden demorar tus obras? ¿Tus entregas tienen plazos?
–Sí, tengo muchas obras encargadas con plazos que a veces se van alejando porque hay muchísima demanda y a su vez hay faltantes. Hace dos años que no puedo comprar mármol en la cantera de Carrara porque no hay el tipo que me gusta que se llama estatuario, y que es minoría. Es el más blanco y luminoso. Hay que esperar que la montaña lo descubra. Hay mucha tensión en ese momento y cuando aparece el material es una alegría enorme.
Consultado sobre si ese tipo de material es irremplazable el escultor cuenta que puede trabajar con otros tres: el mármol rosado de Portugal, el gris de Bardiglio y un mármol negro.
-¿Se reconfigura la obra cuando hay que cambiar de material?
-Sí, porque cada material es diferente y cada obra va a ser distinta, no solo porque cada obra ya es diferente en sí misma, sino porque lo es con respecto al material.
SOBRE EL BRONCE Y SU TRABAJO
La técnica de fundición a cera perdida es un proceso largo que requiere mucho trabajo e incluso apoyo para poder llevar adelante la fundición del metal. Atchugarry cuenta que la técnica es milenaria que incluso fue utilizado por Fidias, el más famoso de los escultores de la Antigua Grecia en el quinto siglo antes de Cristo.
“Mis primeras esculturas las fundí en Uruguay y luego me fui a Italia. Esas primeras experiencias fueron hace más de 40 años. Luego la retomé más tarde y me tuve que apoyar en un estudio de fundición muy especializada que queda en Verona. Esta escultura fue realizada allí”, cuenta.
-¿Cómo se realiza el traslado de estas piezas que viajan por el mundo?
-La obra se trasladan completas. Esta pieza fue fundida en Italia y las primeras exposiciones fueron allí pero igual hay que hacer cajas especiales para cuidarla. En este caso fue pintada con la misma pintura que se pinta un auto entonces tiene que tener los mismos cuidados. Hay toda una técnica y para la colocación en Córdoba vino una persona especializada. Las técnicas son especiales para el embalaje y para la colocación con las grúas.
-¿Eso condiciona tu forma de pensar la obra? ¿Lo tenés en cuenta?
-¡Yo trato que no me condicione! (risas) Y pienso que después me las tendré que ver con las formas para moverla… No quiero dejarme condicionar por la parte logística que es muy importante.
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