Megaevento tecnológico Punta Tech Meetup pone a Uruguay en mapa global; 500 Global busca startups para invertir
Lo aseguró Damaris Mendoza, líder de relaciones con inversionistas en 500 Global para Latam, quien estará presente en durante el evento en Punta del Este.
Llegó enero y, con ello, el evento tecnológico referente del año, Punta Tech Meetup. Será la 16a edición y, como las últimas oportunidades, estará coordinado por Pablo Brenner (BMG), Sergio Fogel (dLocal) y Carolina Kind y Bruno Gadea (agencia Lucero).
Este año viene con varias novedades. Una de ellas es el retorno a un espacio icónico para el evento, el Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry (Maca), sobre la ruta 104 de Maldonado, donde todo comenzó. Pero no es todo. Esta edición marca la consolidación del evento como punto de reunión de líderes tecnológicos de la región. Se esperan más de 1.500 personas, ya tiene las entradas agotadas hace varios días y generó un gran ecosistema de actividades, que giran en torno al evento principal del lunes 15.
Una de estas será la segunda edición del W Meetup el lunes 15 un espacio de visibilidad e intercambio para las mujeres líderes de la industria tecnológica de Latam. Entre las speakers, se destaca Damaris Mendoza, comunicadora e inversora mexicana, líder de relaciones con inversionistas para 500 Global en Latam.
Según explicó Mendoza a El Empresario, 500 Global tiene algo más de 12 años haciendo inversiones en el continente, en startups de base tecnológica en etapas tempranas. Hasta el momento, invirtieron en unas 300 compañías con tres fondos, que en total representaron más de US$ 34 millones.
Además, el plan para este año incluye llegar a mercados donde el fondo no tiene fuerte presencia. Uno de ellos, Uruguay. Según explicó, en el país se han hecho un par de programas con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, pero no estuvo acompañado de inversión. «Queremos dar ese paso y llegar con inyección de capital. También generar relaciones importantes con el ecosistema, para luego poder captar inversionistas locales y que ellos nos presenten proyectos».
Sobre Uruguay, el mercado de inversión regional y el potencial de América Latina, va la siguiente entrevista.
-Este año buscarán invertir en Uruguay, ¿identificaron alguna empresa?
-Todavía ninguna clara. Hasta el momento, hemos invertido en dos fundadas por uruguayos, Habitué y Meitre. Como dato, analizamos cerca de 3.000 compañías por año y se terminan concretando entre 25 y 30 inversiones.
-¿Qué debe cumplir una empresa para que sea tenida en cuenta por 500 Global?
-Que tengan claro el diferencial con tecnología es vital. Otro de los puntos es el equipo, que ya tengan algo testeado en el mercado, un MVP, un par de clientes y un poco de tracción. Buscamos que tenga espacio de hipótesis para validar y ahí es donde ayudamos a hacerlos crecer. Desde 2018 al presente hemos analizado más de 27.000 empresas y hemos concretado más de 300 inversiones. Esto nos trae una experiencia única y creemos que somos buenos haciendo las preguntas correctas para acortar el camino al éxito a los emprendedores.
-¿Qué sectores buscan?
-Somos agnósticos en ese sentido. En Latam hay mucho espacio para todo lo que tiene que ver con acceso a servicios básicos. Por ejemplo, fintech, edtech y salud, como un ecosistema completo y no solo como telemedicina. En estas tres industrias específicas hay un potencial gigante. También veo una tendecia interesante en seguridad alimentaria y climate tech. En cuanto a inteligencia artificial, Latam es una región muy buena, que adapta tecnología para hacer la vida más fácil, pero no creo que desde acá salga la siguiente frontera tecnológica. Por ejemplo, Yana, empresa en la que invertimos, está en siete países y tiene un chat bot entrenado, con sistema cognitivo conductual de psicología, para ayudar a destrabar momentos de estrés. Tiene una conversación con IA personalizada, que aprende de otras charlas. Hoy, seguir invirtiendo en tecnología es una de las únicas formas de empujar la movilidad social de Latam. En 2023, nuestras compañías habían creado unos 18.000 empleos, la mitad de alto valor agregado y mejor pagos que el promedio. Esto tiene un efecto. En 15 años veremos personas trabajando en tecnología en regiones donde no había opciones mejores y se tenían que ir a las metrópolis.
-Es responsable de reunir fondos para invertir en Latam, ¿es difícil vender la región?
-Fácil no es. Latam tiene una serie de incertidumbres, como, por ejemplo, siempre hay alguna crisis, ya sea política, social, etcétera. Pero, como región, hemos sido buenos en sacarle provecho a eso. En términos de dólares invertidos, está lejos de tener un ecosistema atractivo, pero eso deja espacio para encontrar oportunidades de inversión. Hay mucho volumen de compañías, con apetito serio de construir soluciones que mejoran la calidad de vida de las personas. Se piensa que acá no hay oportunidad, pero luego aparece un dLocal que da un batacazo y demuestra que sí se puede, solo hay que entender cuál es el rol de cada uno. El atractivo de Latam es que muy pocas personas de fuera la entienden. Es tierra de oportunidad, con muchos retos, pero suficientemente atractiva para invertir.
-¿Qué pasa cuando un inversor ve que en Latam no logra un retorno de inversión a velocidades de otros mercados?
-Una buena inversión es cuando regresa a triple dígito el capital invertido. Hoy en Latam demora más, pero tenemos fondos por encima de ese estándar, el tema es saber elegir. Hay que construir una serie de relaciones profundas, para tomar buenas decisiones. La diferencia de Latam es que no estamos sobresaturados, hay poco dinero disponible para Venture Capital. En EE. UU. hay cada vez más dinero y barato. Acá nos damos el lujo de ser más selectivos y, en ese sentido, costará más llegar al éxito, pero el retorno puede ser mejor. Hace unos años estábamos en un mercado que privilegiaba a emprendedores, ahora es el inversionista el que tiene la sartén por el mango y aprendimos lecciones importantes. La primera es que no somos exentos a ser parte de un ciclo, hay que prestar más atención en qué ciclo estamos. La segunda es que Latam no es Silicon Valey, no podemos esperar a que la afluencia de capital se mimetice con lo que pasa en EE. UU. o en el sudeste asiático. En Latam los negocios que tienen sentido son los que hacen dinero. Estos recibirán atención y capital y, si bien pueden no crecer a triple dígito, serán consistentes año tras año. No hemos cambiado el plan de tiempo en el que esperamos tener retorno, 10 años sigue siendo poco para esta región, que aún tiene muchos temas para resolver. Con los fondos debemos ser muy cautos, pero sin dejar de ser competitivos en tiempos de respuestas. Como ecosistema, nos estamos lamiendo las heridas, mientras entendemos qué cosas no debemos hacer como inversionistas. Pero nos movimos dos o tres pasos adelante en poner a los VC como parte del mainstream inversor.
-¿En qué ciclo estamos?
-En uno de mucha mesura con inversionistas, son más cautos, menos alocados, que se acompaña de una recuperación que estamos comenzando a ver en los siguientes meses y un full recovery a fines de 2024. Es momento de mucha disciplina y separará a los que están mejor posicionados.
-¿Buscan el próximo unicornio?
-Buscamos compañías increíbles porque muchas veces las empresas más importantes de un fondo no son los unicornios. Además, esperar que llegue a ser un unicornio en Latam, en los términos económicos que estamos viendo, es limitante. Muchas compañías no tienen valuación de unicornio, pero por poca dilución que tuvieran en su ronda de financiamiento y la disciplina con la que levantaron capital, para nosotros son más valiosas por los múltiplos. En términos económicos, el éxito de un fondo no debería estar sujeto a tener unicornios, sino a hacer buenas inversiones y saber cuándo salir.
-Desde siempre, las mujeres han estado relegadas del foco de interés de los fondos de inversión en este sector, ¿esto cambió en algo? ¿Cuánto de lo que invierte van a proyectos liderados por mujeres?
-Hay mucho por hacer. En nuestro caso, analizamos cada ronda y, si bien creíamos que había un problema de mujeres que no llegarían, era un problema nuestro. Como fondo, no podemos esperar atraer empresas, cuyos líderes no se ven reflejados por lo que mostramos. Entendimos que el problema tenía que ver con el hecho de cómo comunicábamos nuestra oferta de valor. Por ejemplo, habían programas que implicaban mudarse a la ciudad de México por cuatro meses y eso no era atractivo para mujeres con niños en edad escolar. Hay muchas interrogantes que deberemos hacernos, sobre si estamos haciendo las cosas suficientes para atraer emprendedoras. Por ejemplo, poner más fotos de emprendedoras en las campañas, diseñar proyectos más flexibles. Adaptarse desde el mensaje a todos. Hoy un 34% de nuestro portafolio está liderado por mujeres o tiene una en el equipo fundador. No tenemos objetivo como cuota aumentar la participación, sino que el reto es volvernos más atractivos para emprendedoras o incluso, para otras comunidades como la LGBT. La conversación sobre diversidad, poco a poco, está yendo a un campo más amplio.
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