¿Pero qué clase de monstruo quieren?*
Con mesas temáticas, talleres literarios, performances, entrevistas, proyección de películas y actividades para los más pequeños, se desarrolló el fin de semana pasado –23 y 24 de setiembre– la primera edición del FIL MACA, que contó con una gran convocatoria y condensó en dos días un interesante y variado panorama de la literatura internacional contemporánea.
El MACA es un museo particular. Es difícil llegar –lo cual es una pena en términos de accesibilidad–, pero lo cierto es que la aventura merece la pena. La distribución de los espacios exteriores e interiores es tan elegante como inteligente y supone que para llegar a cada lugar en el que se desarrollan actividades haya que pasar por algunos otros, cada uno más atractivo y peculiar que el anterior. Es que el monumental trabajo en escultura de Pablo Atchugarry, junto al de muchos otros escultores cuyas piezas pueden verse desde distintos puntos dibujadas en el paisaje, genera una intensa experiencia en profundidad, en la que la mirada se multiplica para apreciar una peculiar combinación plástica entre naturaleza y producción humana.
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