“Retropia” de Dagoberto Rodríguez Las contradicciones utópicas totalitarias cubanas

La “Retropia” de Dagoberto Rodríguez (Cuba, 1969) se inspira conceptualmente en el filósofo Zygmunt Bauman (Polonia, 1925- Reino Unido, 2017). En el libro “Retrotopías” (2017), Bauman refiere que el mundo actual está (des)ilusionado con la idea de encontrar la felicidad en el futuro. Un sentimiento que llegó, entre otras fuentes, a través de las utopías socio culturales desarrolladas por regímenes totalitarios del siglo XX como, por ejemplo, el Fascismo (Italia-1922-1943), el Comunismo (Unión Soviética, 1917-1991), el Nazismo (Alemania, 1933-1945) o el Maoísmo (China, 1949…) y el Castrismo (Cuba, 1959…).

El fracaso de la utopía por encontrar un mudo de felicidad en el futuro ha desplazado la “concreción” de este sentimiento hacia una felicidad imaginada en el pasado. Reinterpretando este pasado como potencialidades socioculturales que fueron abandonadas, mal logradas o frustradas por un proyecto de modernidad basado en una idea de permanente progreso hacia una felicidad futura: el paraíso en la tierra.

En consecuencia, desarrollar una reflexión artística crítica sobre este fenómeno implica, en un difícil equilibrio, asumir ambas posiciones, discurrir por las antítesis que supone hablar -al mismo tiempo-, de pasado y futuro desde la perspectiva del presente. Pero hablar como si el pasado, y no el presente, fuera la referencia, el asidero para el horizonte de una vida futura de felicidad eterna. Precisamente, este es el reto en “Retropía” de Rodríguez, educado, como millones de cubanos y cubanas, después de la Revolución en 1959, bajo las prerrogativas de un régimen totalitario.

En la muestra, que contempla obras de pintura, instalación, acuarelas, serigrafía y esculturas experimentamos dos tipos de obras. Por un lado, aquellas realizadas en acuarelas o serigrafía, con palabras o frases como, entre otras, Socialismo, Deja el abuso, So fine, Socialismo I, todas de 2023, excepto Feliz (2024). Por el otro, las esculturas objetuales como, por ejemplo, Héroes y Heroína, (2020) Venceremos Pontiac, (2019); El Enemigo, Conmigo Tienes que Bailar o Retropía, todas estas de 2023, excepto Frigidaire y Venceremos Pontiac, ambas de 2019.

Las obras escultóricas e instalativas, como también las acuarelas y las serigrafías, aluden a enunciados referidos, entre otros, al mundo del sacrificio y la voluntad de futuro, tratados desde la ironía (Héroes y Heroína, Injusticia, y Feliz, entre otras). Son textos, como en las acuarelas Socialismo y Socialismo I, que citan irónicamente la alerta del comportamiento social. En la primera, la imagen textual dice: “Participa, pero no te destaque”; en la segunda, “Hay, pero no te toca”. Estos enunciados están dibujados similares a las caligrafías empleadas por la dictadura cubana en las vallas publicitarias, donde arengaban al pueblo a sumarse a sus enunciados políticos culturales. Un ejemplo, la valla diseminada por la dictadura en La Habana y toda Cuba a principio de años 1990 que decía “El futuro pertenece por entero al socialismo”, cuando era evidente y estrepitoso el fracaso del proyecto utópico revolucionario. En este sentido irónico discurren también obras escultóricas como Injusticia V8, (2019), Con la Guardia en Alto (2019)

Las esculturas retoman las formas, y los emblemas de las distintas marcas de coches de Estados Unidos que rodaron en Cuba en las décadas de 1940 y 1950. Y que aún hoy, transportan viajeros en La Habana y el resto de Cuba. Obras como Retropía, Venceremos Pontiac, Héroes y Heroína escenifican una conexión con el pasado que brilla en la reproducción de estos objetos, ruedas y emblemas metálicos identificados a los coches estadounidenses que ya se han convertido en una especie de señal de identidad sociocultural cubana. Hay un brillo esplendoroso en estas esculturas caligráficas en bronce cromado, expulsando las patinas que opacan los objetos cubiertos con el polvo del pasado. Pero no lo olvidemos, es una caligrafía, es un mensaje de actualidad reactiva inscrito sobre un objeto pasado.

“Retropia”, tanto en las acuarelas como en las esculturas apela a la textualidad, nos sumerge en el lenguaje, y en ello aflora una fuerte opción conceptual del arte. En cierto sentido, conectada con el lenguaje de dos artistas muy importantes del arte contemporáneo como son Jenny Holzer (Estados Unidos, 1950) y Barbara Krunjer (Estados Unidos, 1945). Ambas han hecho del texto una construcción artística referentes en el arte contemporáneo. En la medida en que sus enunciados textuales están “tatuados” sobre objetos o imágenes a los que se refieren por su uso pero a los que, al mismo tiempo, cuestionan en su sentido social.

Dagoberto Rodríguez en “Retropia”, genera una especie de planeta lingüístico destilado de las contradicciones utópicas totalitarias cubanas. No es casual que, tanto en las acuarelas, como también en las esculturas e instalaciones, el texto sea omnipresente. Y ello apunta a que, en un contexto político social totalitario, el lenguaje, aun erigiéndose una suerte de tiranía expresiva, comienza a trastocar pasado y futuro sacudido por los avatares de sus contradicciones.

“Retropia”, de Dagoberto Rodríguez en el Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry, Ruta 104 km 4.5, 20000 Manantiales, Departamento de Maldonado, Uruguay. Hasta el 15 de diciembre. www.macamuseo.org

por Dennys Matos

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