En Lecco, el icónico Mercedes SL300 se encuentra con la obra de Pablo Atchugarry
Un encuentro inesperado tuvo lugar en el estudio del escultor uruguayo Pablo Atchugarry: el Mercedes-Benz 300 SL 'Gullwing', llamado así por la característica apertura en 'ala de gaviota' de las puertas laterales, se encontró cara a cara con dos imponentes esculturas de bronce, pintadas con pintura para automóviles. El proyecto, comisariado por la Galería Repetto de Lugano, desencadenó un diálogo entre dos mundos conceptualmente distantes, pero unidos visualmente por los gráciles movimientos de las obras de Pablo Atchugarry, que se funden con las líneas deportivas y elegantes del legendario modelo de Mercedes-Benz.
Unas lonas protectoras ocultan a la vista obras aún en proceso, pero no a los tres protagonistas de la exposición: el Mercedes SL300 y las dos esculturas "Estrella de luz", definida por el propio artista como "la luz que nos guía hacia el cielo estrellado", y "Elegancia", "una refinada manifestación de creatividad": la primera sugiere la potencia y solidez del acero hábilmente trabajado por los diseñadores de automóviles, capaz de transformarlo en un objeto de culto, mientras que la otra remite a la sinuosidad de los drapeados de un vestido de gala, pero también a los pliegues y la suavidad del cuero, que hacen del interior del coche una sala de estar deseable y confortable. El artista, partidario de materiales como el mármol, la madera y el bronce, elige estos últimos para acompañar el modelo del fabricante de automóviles de Stuttgart. Los colores icónicos del Mercedes SL300 cubren las dos estatuas: el rojo, como expresión de elegancia y pasión, y el plateado, como referencia a las carrocerías de las Flechas de Plata, los coches de Fórmula Uno de Mercedes-Benz. El atelier lombardo del escultor uruguayo se convierte en un taller creativo que no puede dejar de evocar la atmósfera vintage de un taller de los años cincuenta. Una estructura de acero con luminosas ventanas de cristal y cajas de embalaje de madera, repletas de preciosos mármoles que no esperan más que la intervención del artista.
Mirco Scarchilli, Responsable de Marketing Communication Experience de Mercedes-Benz Italia, ha declarado sobre la relación entre el arte y la maison alemana: "El arte, en todas sus expresiones, siempre ha sido un fuerte elemento de inspiración para el diseño de nuestros automóviles. No es casualidad que hace unos años, para presentar el nuevo concepto de lujo de la Estrella, Gorden Wagener, Chief Design Officer de Mercedes-Benz AG eligiera el arte en sí mismo, desplegando cuatro esculturas que identificaban sus declinaciones específicas. Al mismo tiempo, a lo largo de los años, coches icónicos como el SL 300 o el C111 han sido musas inspiradoras de grandes artistas como Andy Warhol. Con este nuevo proyecto, nacido del talento de Pablo Atchugarry y de la fascinación del 300 SL, renovamos este vínculo y consignamos dos nuevas obras maestras a la historia de nuestra empresa. Este interesante diálogo artístico anticipa el lanzamiento de un nuevo SL especial italiano, con librea plateada e interior rojo, como su mítico antepasado. Las dos esculturas estarán expuestas hasta finales de septiembre en el encantador marco natural de Phi Beach, en Baja Cerdeña, donde se yuxtapondrán al nuevo SL.
Pablo Atchugarry es un artista polifacético y, como ingeniero, un gran conocedor de los materiales. Sus obras más recientes, esculturas para las que ha privilegiado el uso del mármol estatuario de Carrara y del bronce, muestran una gran habilidad para una factura tan compleja y refinada. Estas obras de grandes dimensiones superan a menudo los dos metros, dando al espectador la idea de que no se trata de materiales duros y frágiles, sino de obras realizadas dando forma a un material maleable y elástico que obedece a la voluntad del artista de manera casi espontánea. Atchugarry ha producido mucho a lo largo de su carrera, desde pinturas abstractas y expresionistas hasta esculturas en madera, mármol y hormigón, pasando por las obras monumentales de los últimos años. En 1979 realiza su primera escultura en mármol de Carrara, material que le acompañará a lo largo de su experiencia artística. En 1982 se trasladó a Lecco, donde sigue viviendo, alternando periodos en la ciudad de Manantiales, Uruguay, su país de origen. En la misma ciudad uruguaya se encuentra el MACA, Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry, nacido de una idea del propio artista y gestionado por la Fundación Pablo Atchugarry. El edificio fue diseñado por el arquitecto Carlos Ott y alberga la colección permanente propiedad del artista.
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